El sistema se reproduce

El sistema se reproduce

Por 1990 (fines de agosto-principios de septiembre) hace más o menos 27 años, en México tuvo lugar un meritorio encuentro internacional de pensadores de gran talla en el orbe, organizado por la revista mexicana "Vuelta" el cual se difundió bajo la nomenclatura de "La experiencia de la libertad".

El encuentro tuvo como fin esencial, reflexionar sobre la caída inminente de los países socialistas más fuertes de ese entonces y cuál sería su futuro (el muro de Berlín cayó poco antes del encuentro y no mucho después se desintegraría la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, la URSS).

El evento fue muy rico en varios sentidos, pero desde una óptica particular significó que los escritores, filósofos, artistas y políticos que ocurrieron al evento (en su gran mayoría liberales) explicaron y justificaron el fin del socialismo.

El encuentro teatralizó las exequias intelectuales del socialismo (su igualitarismo) y apuntó poéticamente el advenimiento del tiempo de las libertades, en el cual se suponía que la democracia se erigiría en un mejor sistema de gobierno (no ha sido así).

Como aclaración, vale decir que en el encuentro la reflexión sobre lo que sucedía en México fue muy débil, lo cual era de esperarse, por el contexto autoritario que permeaba la vida nacional.

A casi 30 años de distancia, la mayor parte de los países socialistas han decaído en el mundo, sobreviven muy pocos y con una especie de esquizofrenia sobre su naturaleza (China y Cuba, por ejemplo, cada vez se abren más a los lineamientos de mercado libre).

Pero con todo y lo errático, la populosa China y la bélica nuclear Corea del Norte, hoy son los baluartes de una sui generis praxis del socialismo y parte de un débil equilibro universal.

El socialismo, por otra parte, como base ideológica de las "izquierdas" en países socialistas o capitalistas (no hay purezas, sin embargo) ha encontrado cabida en partidos políticos, agrupaciones y movimientos sociales que discursivamente (y a veces activamente) luchan (a veces de verdad) contra la naturaleza mercantil en la cual surgen y se desenvuelven.

Hoy es una obviedad que la mayoría de los países del mundo son de un corte mixto o claramente liberales-capitalistas.

En lo particular, en los últimos 27 años (pero también a partir de la década de los 80's) México dejó atrás su eclecticismo económico (hay todavía algunos rasgos de la economía mixta y del estado del bienestar que nunca han cuajado aquí) y ahora es prácticamente un país de libre mercado capitalista, con viruelas de estatismo.

El breve recorrido hecho, parece que abona como cierto al epitafio de la revista "Vuelta" de los 90's: "El socialismo ha muerto"; pero esto solo es verdadero en parte.

Sí, es cierto que el socialismo práctico, en especial sus modelos del pasado siglo XX, eran insostenibles y murieron; pero ahora, aun sin claridad en la ruta y con todos sus defectos, el socialismo se práctica y el capitalismo igual.

Para el capitalismo y el socialismo práctico, sin embargo, el reclamo es uno común: no han respondido suficientemente a las expectativas de la humanidad.

Por otra parte, es más claro que el socialismo como teoría (y también el liberalismo capitalista teórico) no ha muerto, aunque su práctica lo haya menguado (la práctica del capitalismo también es muy cuestionable).

Existen esfuerzos intelectuales que deben incrementarse, en el sentido de revisar los principios teóricos del socialismo (y del capitalismo) para reinterpretarlos y darles un sentido en el mundo de hoy, no para llegar a un mal y reprochable revisionismo, sino para que siendo los principios ellos mismos, se re-encausen con un perfil no solo de exquisita intelectualidad, sino de dura y justa práctica.

La empresa reflexiva en ese sentido es compleja y presenta riesgos, porque un pensador/político socialista "contemporáneo" puede caer simple y llanamente en el hoyo de un "soft" capitalista o en un socialista de closet.

Por eso, me parece que la idea es machacar en los principios del socialismo, en sus ideas base y darles una nueva savia conceptual.

Mirar, por ejemplo, si una idea base es que la formación capitalista crea sus propias condiciones de reproducción, también sucede lo propio con las formaciones socialistas (nocivamente) lo cual implica que eso constituye un principio de la teoría, aplicable prácticamente a cualquier formación social y a los gobiernos que tienen lugar en ellas.

Pero también hay que observar que si desde el materialismo dialéctico, en clave quizá de K. Marx, se apunta que en las formaciones capitalistas, existe una lucha de contrarios unidos, esto también sucede en las propias formaciones socialistas, de modo que esto se convierte en otro principio que va más allá de una formación social concreta o de un tipo de ellas.

El gran problema de México (como quizá de gran parte del mundo) es que los partidos, agrupaciones y movimientos de "izquierda", con base ideológica en una o diversas perspectivas teóricas del socialismo, son en verdad posturas soft capitalistas o de socialista de closet, muchas veces rapaces y corruptas, las cuales solo logran nuclear y anclar algunas pocas políticas públicas de sentido social.

Así, es claro que la práctica muestra que las respuestas a las necesidades de la gente en México (y en gran parte del mundo) aun desde la "izquierda" son respuestas –aplicando los principios teóricos antes pergeñados– que se amoldan al propio sistema, no van contra el sistema y sus vicios. Las respuestas del sistema son conformes con el sistema (Un frente que aglutine a la derecha y a la izquierda, no parece que vaya a cambiar rumbos, por ejemplo).

Por ese principio de armonía con el sistema, es que el sistema anticorrupción (este policía que cuida al policía que cuida al policía, elegido por el potencial victimario ¡vaya incorrección de Perogrullo!) o el nuevo sistema de seguridad pública y de justicia penal (que en la práctica se ha convertido en un masoquismo eidético del pasado) y tantas otras respuestas y propuestas que nacen "del sistema" son lo que son (muy conformes con el sistema) porque el sistema no se puede morder la cola, aunque sea a la "izquierda".

Al final, el cambio de a de veras y en un sentido favorable para la gente, solo puede venir de la gente, de la masa y debe hacerse por los ciudadanos, con base en sus derechos y su organización, en paz y con orden, en el marco de la democracia, como mejor opción del ahora y quizá sin pensar tanto en las derechas o en las izquierdas, sino en los principios.

¿Un sueño? si, quizá, pero alguien dijo muy mercantilmente una frase que aquí vale bien como corolario, por más comercial que se oiga: "You may say that I'm a dreamer, But I'm not the only one": "Puedes decir que soy un soñador, pero no soy el único".

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