Me alegra mucho saludarles a todos, hoy de una manera muy especial, quiero saludar a las mujeres y a todas aquellas mujeres que hayan sido violentadas.
Me alegra mucho que en estos días se celebra el Día Internacional contra la Violencia a las Mujeres, y qué bueno que podamos todos en la sociedad, hacernos conscientes de la dignidad, del valor y de la importancia de las mujeres en la vida del ser humano.
Todos los hombres reconozcamos, valoremos, agradezcamos, la presencia de las mujeres que han estado en nuestra vida y reconozcamos cuando seamos agresores, seamos capaces de pedir perdón y seamos capaces de enmendar el daño que podamos hacer a cualquier mujer como a cualquier persona.
Hoy les pido a todos ustedes, mujeres, que en algún momento hayan sido agraviadas, que se les haya de alguna manera dañado, insultado, que nos perdonen, les pido perdón por todo el daño que se les haya hecho; e invito a todos a que, repito, tengamos en un gran aprecio la presencia femenina en la sociedad, en la Iglesia, en las organizaciones e instituciones, y podamos agradecerles todo lo que hacen por nosotros, reconocerles su dignidad, su valor, su importancia y engrandecer.
A todas las mujeres les saludo y les bendigo con mucho cariño a toda la comunidad, los invito para que este día no lo dejemos pasar desapercibido, llegamos a algún acto de desagravio a quienes hayan sido ofendidas; les bendigo con mucho cariño, el Señor esté con ustedes, la bendición de Dios omnipotente, Padre, Hijo y Espíritu Santo, descienda sobre ustedes y permanezca para siempre. Amén.
