Existen conceptos de economía que manejamos en nuestras finanzas personales y que muchas veces no tenemos una idea clara de lo que significan, ni de cómo pueden afectar nuestra relación con el dinero. Uno de ellos son las tasas de interés.
Considerando la reflexión anterior, en esta entrega quiero comentarte qué son y –como diríamos coloquialmente– con qué se comen las tasas de interés.
La tasa de interés se representa en puntos porcentuales, y cuanto más dinero me presten más deberé pagar por dicho préstamo. Por ejemplo, si alguien solicita un crédito de 50 mil pesos para un negocio y la tasa de interés es de 12% anual, estarías pagando en total 59 mil 785.76 pesos, es decir, casi 10 mil pesos de intereses. Hay que poner atención en el CAT, es decir, el Costo Anual Total, donde se registran todos los cobros que te hará la institución.
El segundo punto importante es entender cómo funcionan las tasas en la economía. Si las tasas de interés son bajas, ya sea porque existe más demanda o mayor liquidez, habrá más consumo y más crecimiento económico. Sin embargo, las tasas de interés bajas favorecen la inflación, por lo que muchas veces se mantienen altas a propósito para favorecer el ahorro y evitar que se disparen los precios.
En este punto es necesario mencionar un concepto importante: la Tasa de Interés Interbancaria de Equilibrio (TIIE). Ésta refleja de manera diaria la Tasa Base de Financiamiento, lo que significa que los bancos la utilizan como parámetro para establecer las tasas de interés que cobrarán por los créditos que otorgan.
Las tasas de interés tienen diferentes aplicaciones; por ejemplo, existe la tasa de interés activa, que es básicamente el porcentaje que los bancos cobran por los servicios de crédito, y la tasa de interés pasiva, que es el porcentaje que paga un banco a quien deposita dinero como instrumento de ahorro.
