Por: Andrea Hernández/@andy_hermar
Morelia, Michoacán (MiMorelia.com).- Éste día se cumplen dos meses de toma en la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo (UMSNH), las instalaciones de la máxima casa de estudios de la entidad permanecen en posesión de integrantes del Movimiento de Aspirantes y Rechazados (MAR) de la Coordinadora de Universitarios en Lucha (CUL) desde el pasado 29 de agosto.
A lo largo de 63 días diversos conflictos han surgido en torno a la toma, desde enfrentamientos entre estudiantes y paristas, hasta declaraciones encontradas entre actores políticos y autoridades en torno a las acciones que se deben tomar para destrabar la toma.
Ante la demanda de los jóvenes que inicialmente era de mil 500 espacios de estudio en la Casa de Hidalgo, cantidad que después de un par de semanas se redujo drásticamente a 750 y que actualmente ronda los 200, el Consejo Universitario que preside el rector Medardo Serna González aprobó el 13 de septiembre una convocatoria extraordinaria que ofertaba mil 050 lugares de estudio; sin embargo, ésta no fue una medida aceptada por los paristas.
En ese momento el conflicto se agudizó, pues comenzaron a intervenir agentes externos a un conflicto que, en pleno a la autonomía de la Universidad Michoacana debe ser resuelto por los involucrados directos, es decir, la autoridad nicolaita y los jóvenes que integran la CUL.
Diversos han sido los intentos del Consejo Universitario y la rectoría por destrabar el conflicto, pues además de la convocatoria extraordinaria y la suspensión del subsidio alimenticio a las casas de estudiantes que participan en la toma, han ejercido acciones legales con una denuncia de hechos presentada ante la Procuraduría General de justicia del Estado (PGJE) y se han sentado a dialogar en reiteradas ocasiones con los paristas de manera pública y privada, siendo en estos encuentros donde se han dejado entrever los fines políticos que están detrás del movimiento.
Sin éxito por parte de las autoridades, la toma continúa y hoy, a dos meses de iniciada la misma, más de 50 mil estudiantes matriculados en la Universidad Michoacana continúan sin retomar actividades académicas de manera regular, a pesar de que se trabaja en clases extramuros; son pocos los profesores que han adoptado esta dinámica por lo que los estudiantes han mostrado su desesperación ante la situación que está fuera de sus manos.
Un conflicto que enfrenta a una comunidad
Diversos actores han coincidido en que, a dos meses de toma, los más afectados son los estudiantes quienes han sufrido la falta de clases y cuya desesperación los ha llevado a siete intentos fallidos de recuperación de instalaciones que han culminado en enfrentamientos violentos entre ellos y los paristas.
Fue el pasado 22 de septiembre cuando se registró el primer encuentro violento en la Facultad de Odontología y más tarde en Ciudad Universitaria, sitios a los que arribaron grupos de estudiantes con la intención de dialogar de manera pacífica con los paristas en un intento desesperado por hacerlos entrar en razón para que liberaran las instalaciones.
Fue al paso de las horas que ese intento de diálogo se transformó en una batalla en la que los palos, las piedras y las botellas de vidrio fueron las protagonistas, lo que dejó como resultado varios jóvenes heridos e incluso personas ajenas al conflicto como representantes de medios de comunicación.
Ciudad Universitaria, las facultades de Medicina, Odontología, Derecho y Ciencias Sociales, y algunas preparatorias han sido escenarios de diversos encontronazos entre los jóvenes, los más recientes registrados el pasado miércoles.
Liberaciones anunciadas no concretadas
El pasado 15 de septiembre a tan sólo dos semanas de iniciada la toma en la Universidad Michoacana, el Secretario General de la misma, Salvador García Espinosa recibió una llamada en la que se le convocaba a Ciudad Universitaria, que supuestamente le sería entregada por los paristas. Sin embargo, a su llegada se encontró con un grupo de jóvenes agresivos, que ante el arribo de las autoridades de la universidad decidió no hacer la entrega.
El pasado 18 de octubre, mes y medio después de posicionarse de las instalaciones de Ciudad Universitaria, los moradores de la Casa Nicolaita anunciaron de nueva cuenta la liberación del espacio y su retiro del movimiento, y cuando parecía que el hecho sería concretado integrantes del frente indígena tomaron de nueva cuenta el lugar, desatando con ello un enfrentamiento.
A la fecha Ciudad Universitaria, la Facultad de Medicina, la Facultad de Veterinaria, la Facultad de Químico Farmacobiología, y la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales continúan en manos de moradores de tres de los 35 albergues estudiantiles, mientras las autoridades buscan nuevos mecanismos de solución basados en el diálogo y la conciliación.
