Y después del retiro, ¿qué?

Y después del retiro, ¿qué?

Hace unos días me encontré con un artículo muy interesante sobre la dinámica de vida de la generación llamada millennial, y de cómo visualizan el futuro. Me llamó la atención que, de acuerdo con una encuesta realizada por la empresa Deloitte en 2017, el 43% de los millennials pretende permanecer en su empleo actual menos de dos años.

Lo anterior nos habla de la nueva forma de enfrentarse al mundo laboral y, revisando estos datos, pensé en un tema que tiene que ver directamente con esta falta de estabilidad laboral, ¿cómo se preparan las nuevas generaciones para el retiro?

Cada vez son menos las personas que cuentan con una jubilación. En México, 650 mil adultos mayores de 65 años, es decir el 26% del total, no cuentan con una pensión y la mayoría continúa trabajando, de acuerdo con datos de la Comisión Nacional del Sistema de Ahorro para el Retiro (Consar).

Otros datos apuntan que la gran mayoría de los mexicanos no planea ni ahorra para su futuro: alrededor del 48% no considera un plan económico para el retiro y se calcula que unos 130 millones de personas están trabajando sin contribuir a su pensión.

Tomando en cuenta que 6 de cada 10 personas no tendrán una pensión contributiva para cubrir sus costos de vida, es necesario tomar previsiones y contar con un plan A y uno B en este sentido.

De manera general, hay tres productos financieros para el retiro: los planes privados de pensiones, los seguros para el retiro y los fondos de inversión para el retiro.

Uno de los esquemas más conocidos de los planes privados son las llamadas Afores. Una Afore (Administradora de Fondos para el Retiro) es una institución financiera privada que se encarga de administrar los fondos para el retiro de los trabajadores afiliados al Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) y al Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE).

El ahorro se realiza mediante una cuenta que se asigna a cada trabajador, donde se depositan las aportaciones hechas a lo largo de su vida laboral. De esta manera se crea un fondo de ahorro durante los años que se labore.

En el caso de las personas que trabajan por su cuenta, es decir, un microempresario o freelance, también puede contar con una Afore y abrir una cuenta individual, aunque los recursos que ingresen se realizarán mediante aportaciones voluntarias en la cuenta.

Otro esquema para las personas que trabajan por su cuenta son los seguros para el retiro, que tienen como principal atractivo que se puede ahorrar –en ocasiones– con ventajas fiscales, y con un componente de cobertura para que en caso de que fallezca o se invalide, los beneficiarios cuenten con un respaldo financiero.

En tanto, los fondos de inversión para el retiro funcionan como los fondos tradicionales, salvo que está compuesto por diferentes tipos de productos, mientras que los fondos pensados para largos plazos se integran por activos de mayor riesgo, los orientados al corto plazo pueden asumir poco riesgo y a ello corresponden los activos que los integran. Los fondos de inversión para el retiro pueden ser cualquier cuenta de inversión o aquellas especializadas en el retiro.

Lo más importante: sea cual sea el esquema que elijas, es importante contar con un plan de retiro, pues te ayudarán a contar con un respaldo económico en una etapa donde generalmente ya no se genera riqueza.

Jesús Melgoza Velázquez

Secretario de Desarrollo Económico de Michoacán

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